Hemos tenido que esperar a que la resaca fraternal desapareciera para poder contaros lo vivido el pasado 25 de septiembre. ¡Retomamos el #AfterSummer! O lo que es lo mismo: retomamos la bonita costumbre de juntarnos todos aquellos que formamos parte de los grupos de la Pastoral Juvenil para compartir nuestro verano, nuestro comienzo de curso, nuestra presencia, nuestros sueños, nuestra comida…
Quedamos a media mañana en la Casa de la Iglesia y comenzamos jugando. ¡Qué mejor actividad para romper el hielo, reírnos juntos y acercar corazones! Y tras los juegos, la comida compartida.
La tarde fue un ejemplo de cómo darse a conocer. Miembros de Molokai, de Jerut, de Ohana y de Atrio presentaron sus realidades y contaron las venturas y desventuras veraniegas (¡sobre todo venturas!). La PEJ y el campamento diocesano dieron mucho juego y calaron muy hondo entre los participantes. Hubo testimonios muy potentes y escucharnos unos a otros nos une y nos hace bien.
Terminamos, como no puede ser de otra manera, con la Eucaristía, una acción de gracias por lo vivido y por todo lo que nos espera este curso. ¡A por ello!
